Todos tuvimos algún compañero de clase que era conocido como llorón o en algunos casos nosotros éramos conocidos como los llorones, pero hoy vamos a traer a memoria a un personaje que es recordado como el “profeta llorón”, lo interesante es el porqué de su lamento. Este era nada más y nada menos que Jeremías. Quien fue escogido por Dios desde muy temprana edad, en el famoso pasaje que todos conocemos… “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifique…” (Jeremías 1:5) A esto Jeremías responde con un “NO”. No Señor, soy muy joven, no Señor, no se hablar. No Señor, nooooo.
Dios nos ha hecho un llamado a todos. No precisamente para ser pastor, profeta, líder de iglesia, u otro cargo que venga a tu mente, pero si para ser luz y sal en este mundo lleno de maldad, de injusticias, de falsedad, de calumnias, de modas e incluso de falta de identidad, pero la pregunta más importante a esto es ¿Qué has respondido tú a su llamado?, ¿Qué he respondido yo a mi llamado? La respuesta de muchos ha sido…
No Señor nooooo, a mí no, estoy muy joven como para hacer bien las cosas. Tengo que tener mis experiencias para contarle a mis nietos.
Espérame que haga mi dinero primero y logre estar como quiero y luego hablamos.
Aún tengo que cumplir mis sueños. Después si quieres cumplo los tuyos.
¿Qué van a decir mis amigos y mi familia?
Dejaría de ser yo si me pongo a hacerte caso a ti
Aún tengo que andar con algunas cuantas mujeres o muchachos.
Estas son solo algunas respuestas de algunas personas e incluso las tuyas y las mías. Pero al pensar en el llamado que Dios le estaba haciendo a Jeremías me doy cuenta que era algo difícil de hacer y esto es porque “las cosas que Dios pide no siempre son fáciles de hacer”. Dios estaba mandando a Jeremías para que fuera a hablar con un pueblo egoísta, terco, malvado, desobediente, que al final ni lo iban a escuchar. Al igual que a nosotros muchas veces nos manda a hacer cosas que no son fáciles. Porque no siempre es fácil pedir perdón, no siempre es fácil perdonar, no siempre es fácil decirle no a un dinero que no es de buena procedencia, no siempre es fácil decirle que no a una propuesta indecente, no siempre es fácil decirle que no a la pornografía e incluso a una relación amorosa que sabes que no es de Dios. Recuerda… “las cosas que Dios pide no siempre son fáciles de hacer”.
Cuando Jeremías se lamentaba y lloraba lo hacía porque se daba cuenta que el pueblo no escuchaba a Dios, que no se arrepentían y no cambiaban su vida y tarde o temprano la justicia de Dios llegaría a su pueblo. Cuando nosotros actuamos bien y hacemos las cosas de corazón y lo mejor que podemos es necesario recordar que no siempre vamos a ser aplaudidos por tales acciones, que no siempre vamos a ser felicitados y recordados por ello. Esta es la razón por la cual muchas veces dejamos de hacer lo correcto y profundizando un poco más, esta es la razón por la cual muchas veces dejamos de ser sal y luz.
Recuerdo que en un grupo donde pertenecí en mi adolescencia se burlaban de mí porque no hablaba palabras en doble sentido y no hacia algunas cosas que ellos sí, se reían y me decían que parecía la virgen María, lo cual es muy común en nuestros días. El mundo se ríe de la bueno y aplaude lo malo, al igual que en el tiempo de Jeremías. A pesar de todo jeremías no dejo de hacer su papel, puede que no lo escucharan, puede que no se arrepintieron, igual la justicia de Dios tomo su lugar, pero Jeremías no fallo a su llamado y ¿tu estas dispuesto a cumplir tu papel y ser fiel a tu llamado?
No se tu pero el día que yo este frente a Dios quiero ser una llorona más y saber que hice lo que tenía que hacer, el cual era ser sal y luz.
Pastora Edlin Sandoval
27 de Septiembre del 2020
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